•    Pasado y presente en la verdad filosófica   

    “En la ciencia, la verdad y el error se relacionan como el presente y el pasado”. Cuando leí esta frase revisando una antología de ensayos de Georg Simmel, filósofo y uno de los padres de la sociología alemana, me causó una agradable impresión. La elegancia de la idea es inmejorable. Una excelente primera frase para una introducción. Pero… ¡un momento!… ¿qué hace la ciencia en este ensayo “Sobre la historia de la filosofía”? Intrigado, seguí leyendo.

    Obviamente con la filosofía las cosas son diferentes, constata Simmel. Su concepto de “verdad” no es como el de la ciencia. No existe una “verdad filosófica” que haya pasado a la historia como error, como le ha sucedido a ratos a las verdades de la ciencia, en su largo curso histórico.

    (Cabe anotar que otra cosa son los errores filosóficos, que también ha habido; estos entran a la historia de la filosofía como lo que son, errores.)

    De ahí se deduce una interesante cuestión: “Como las filosofías no son verdaderas en el mismo sentido que las aseveraciones de las otras ciencias, no pueden por lo tanto ser falsas en el mismo sentido.”

    Las verdades filosóficas no son entes históricos. Por lo tanto, la reducción del trabajo filosófico a la reconstrucción de su historia no puede ser suficiente, ya que la relación de la filosofía con la historia es ambivalente. Por un lado, la filosofía surge de la historia, más precisamente, de sus circunstancias. Pero, por el otro lado, su preocupación no es primariamente histórica.

    “…pero quien quiere filosofar no se puede atar a su historia, porque se enfrenta a problemas fundamentales que lo encaran de una manera muy similar a como encararon a Platón y a Kant. Así, la filosofía es un ente cultural muy singular, que tiene una naturaleza absolutamente histórica o absolutamente ahistórica, según el comportamiento receptivo o productivo del sujeto”.

    Si la historia del pensamiento tuviera facebook, este sería el momento de usar el botón “me gusta”. La humanidad es unidad en la diversidad. En este ensayo, Simmel aplica esta idea a la historia de la filosofía: las diversas manifestaciones de la filosofía son reflejos de la unidad de los problemas filosóficos. Podemos entender a Platón o a Aristóteles no porque podamos reconstruir sus circunstancias históricas, sino porque se enfrentaron a problemas que son constitutivos de nuestra especie. Y como son constitutivos de nuestra especie, son problemas nuestros, también, a los que debemos encarar, desde nuestra propia circunstancia histórica.

    Bibliografía:

    Simmel, Georg. “Über Geschichte der Philosophie.” Brücke und Tür: Essays des Philosophen zur Geschichte, Religion, Kunst und Gesellschaft. Ed. Margarete Susmann & Michael Landmann. Stuttgart: K. F. Koehler Verlag, 1957. 37-42. Print.

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